1 12 2010

Cristián en un niño de la población, tiene cuatro años y todos los días va a jugar a la pelota en las canchas ubicadas en el sector.

Sebastián Villarroel es profesor de educación física y trabaja en el Centro Comunitario Diaguitas. Todos los días hace talleres de fútbol en las canchas de la población.

Cristina Noguera es la presidenta de la junta de vecinos de la población Colón Oriente hace más de veinte años.

Dilan tiene cinco años. Es conocidos por todos en la población porque siempre anda en las calles. Todos los días asiste a los talleres deportivos que realizan en las canchas

Raimundo Silva es el encargado de Conace en Las Condes. Trabaja hace más de 15 años en el Centro Comunitario Diaguitas y está encargado de la prevención de drogas.

Paulina Salinas es profesora de educación física. Trabaja en el Centro Comunitario Diaguitas y todos los días realiza talleres deportivos en las canchas de la población.





El lado B de Las Condes

1 12 2010

La comuna de Las Condes, después de la de Vitacura, es una de las más ricas de Santiago. Su ingreso per cápita es de $750 mil, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). En ella se encuentra la población Colón Oriente, que representa alrededor del 2,6% de la residencia total de Las Condes. El contraste cultural, económico y educacional entre ambos polos de Las Condes es evidente. Mientras en la mayoría de las casas del sector acomodado tienen piscina en el patio y grandes jardines, los menos afortunados se conforman con abrir los grifos de las calles para refrescarse en la época de calor.

Los niños con más dinero asisten a colegios particulares, pasan sus tardes en talleres recreativos y deportivos o salen a jugar a los parques acompañados de sus nanas. Los de Colón Oriente corren, empapados por el agua de los grifos, detrás de una pelota que rueda por el pavimento, nadie los acompaña, pareciera que tienen el manejo pleno de sus vidas y se relacionan con facilidad con los jóvenes más grandes que, a diario, se juntan a fumar pasta base en las calles y plazas, muchos de los cuales comenzaron a drogarse desde muy pequeños.

Patricio Herrera es un joven de 22 años. Desde que nació vive en la población Colón Oriente. A los seis años, un amigo más grande lo incitó a probar por primera vez la droga y desde ese minuto se hizo adicto. Herrera pasaba todo el día solo, porque su madre trabajaba para poder solventar los gastos de la casa, entonces él salía a jugar en las tardes a la calle. Así fue como se vinculó con personas más grandes y conoció la droga. “El Pato”, como lo llaman sus más cercanos, no dudaba en asaltar a personas para conseguir dinero y así poder financiar su vicio. Nunca fue detenido por la policía, lo que incentivaba a repetir esta conducta una y otra vez.

Actualmente este joven se encuentra rehabilitado, luego de nueve años de adicción. El proceso no fue fácil, tuvo que enfrentar volver a la misma población que lo introdujo en el mundo del que tanto le costó salir. Pero a pesar de que la rehabilitación de drogas dura toda la vida, Patricio Herrera parece haberla dejado completamente e incluso está estudiando ingeniería informática en la Universidad Tecnológica Metropolitana. Como él son muchos los niños de Colón Oriente que desde temprana edad se ven insertos en este mundo en donde la droga y la delincuencia son panorama frecuente.

La sicóloga de CONACE Carolina Acuña dice que la mayoría de los drogadictos delinquen para poder solventar su adicción. De los 6.240 habitantes de esta población de Las Condes, existe alrededor de un 1% de delincuencia, principalmente delincuentes normales, que se dedican a asaltar a las personas en los paraderos de micros y domiciliarios, que roban cosas específicas como artículos electrónicos en las casas del sector, según el asesor del encargado de seguridad de Las Condes Juan Carlos Rivero. Además agrega que esta situación se presenta más en adolescentes que ven el robo como una forma de adquirir dinero rápido.

Pero para los niños es distinto, es común ver incluso a menores de cinco años relacionarse con grupos de drogadictos y traficantes. El encargado de CONACE en la comuna Raimundo Silva dice que en Colón Oriente no hay tráfico de drogas, que sólo se trata de pequeños distribuidores. Pero para la presidenta de la junta de vecinos Cristina Noguera la situación es distinta, asegura que la mayoría de los habitantes de la población han vivido toda su vida en este sector y que todos saben cómo funciona el negocio. Incluso afirma que hay familias enteras dedicadas al tráfico de drogas y debe haber por lo menos cincuenta vendedores.  “Estos traficantes introducen a los más pequeños, les dan a probar drogas y los utilizan para distribuir los pedidos, ya que por ser menores la ley no puede actuar sobre ellos”, dice Noguera.

El encargado de deportes de la junta de vecinos Daniel Fuentes, dice que en el pasaje Loma Larga hay tres familias dedicadas a vender drogas. Según cuenta estas familias llevan años dedicadas al tráfico y es un negocio que se va pasando de generación en generación. Antiguamente en la población habían bandas organizadas que mantenían a toda la comuna abastecida con drogas, pero con el tiempo fueron desapareciendo, ya que los carabineros se hicieron cada vez más presentes en el lugar, asegura el asesor del encargado de seguridad de Las Condes. Fuentes afirma que la única diferencia es que ahora la droga la concentran menos grupos, pero que realmente el número de drogadictos no ha disminuido.

El conflicto por la prevención

El Liceo Polivalente Los Dominicos está ubicado en el corazón de Colón Oriente. En él estudian 495 alumnos, de primero a cuarto medio, que en su mayoría viven en la misma población.  La directora del colegio, María de la Luz Villarino asegura que en el establecimiento no hay problemas de drogas, y si los hay son casos puntuales que no afectan al total de los alumnos. Pero para Jennifer Jara, estudiante de segundo medio de este colegio, la realidad es otra. A diario se ve enfrentada a una situación que dice ser común: el tráfico de drogas entre sus propios compañeros. Según esta estudiante todos saben que en los baños se trafica, cuesta mil pesos la dosis de marihuana o pasta base y es muy fácil acceder a ella. Además agrega que es común ver en la sala de clases que alguno de sus compañeros esté drogado.

Para esta estudiante el problema es evidente: al colegio no le conviene asumir que hay drogas entre los alumnos. Pero Jennifer Jara incluso cuenta que el año pasado habían dos grupos que vendían drogas y entre ellos había rivalidad, a veces se peleaban a golpes en la salida del colegio. Pero la directora resolvió el tema y expulsó a los integrantes de uno de los grupos por presentar serios problemas de comportamiento. Pese a esto se sigue vendiendo drogas en los baños.

CONACE es el encargado de prevención de drogas en los colegios que se encuentran dentro del plan preventivo y el Liceo Polivalente Los Dominicos es uno de ellos. Raimundo Silva el encargado en la comuna, asegura que la municipalidad solo le entrega una oficina para poder trabajar. Por otro lado CONACE le paga el sueldo y le da folletos para repartir en los colegios, porque cree que la comuna tiene suficientes recursos. Con estas herramientas el encargado del control de estupefacientes ha tratado de atacar el problema que se encuentra más presente en los jóvenes y niños, muchas veces con la ayuda de la Iglesia Evangélica, que aporta dinero para la realización de algunos proyectos, que por razones justamente financieras no perduran en el tiempo.

Raimundo Silva dice que sólo con folletos no se puede hacer un buen plan de prevención de drogas. En el caso de este liceo ubicado en la población, CONACE intentó hacer talleres para los estudiantes, en los que a través de distintas actividades grupales e individuales, los jóvenes podían aprenden a valorarse, a respetarse y a elegir lo que era bueno para ellos. En la etapa de diagnóstico que se les realizó, se pudo concluir que un número no menor de estudiantes presenta síntomas de depresión, lo que es muy importante, ya que muchos jóvenes caen en la droga por sentirse solos o tristes. Además a través de una actividad llamada “Cuenta tu secreto”, los encargados de los talleres pudieron descubrir que muchas adolescentes habían sido abusadas sexualmente por miembros de su familia y que cargaban con el peso y el dolor diario de ese secreto.

Esta actividad no pudo llevarse a cabo en su totalidad, producto de que a la directora del colegio no le pareció profesional la forma de trabajar de los encargados y mandó una carta a la municipalidad de Las Condes pidiendo la suspensión de los talleres ejecutados por CONACE. Por esta razón los alumnos de Liceo Polivalente Los Dominicos se quedaron sin recibir ayuda para prevenir las drogas. Y los encargados del taller ni siquiera pudieron entregar el diagnóstico de los estudiantes a las autoridades del colegio. Además alegan que los orientadores del liceo nunca entendieron de qué se trataba el trabajo porque no asistieron a los cursos de capacitación que estaban destinados a explicar el modo de aplicación de los talleres.

El domingo 21 de noviembre el Gobierno junto a CONACE lanzaron la campaña “Estamos para ayudarte” bajo el slogan “Un niño que consume drogas consume su infancia”, que busca crear conciencia en los adultos para motivar la prevención de drogas desde los hogares. Al mismo tiempo que el Gobierno lanza esta campaña justamente de prevención, reduce para el año 2011 el capital destinado para este sector en un 35% y lo otorga a las áreas de rehabilitación y tratamiento. Según Silva, experto en drogas, no se puede reducir el problema de drogas si no se parte de la raíz, que en este caso sería la prevención. Agrega que mientras menos dinero se destine a ayudar a las personas a no caer en la droga, más drogadictos habrá que rehabilitar.





El renacer de un drogadicto

23 11 2010

En la población Colón Oriente viven 4200 personas, de las que, aproximadamente cincuenta son vendedores de drogas y 500 son consumidores, según la presidenta de la junta de vecinos, Cristina Noguera. Es común ver a diario jóvenes, niños y adultos fumar pasta base en las calles y en las plazas del sector. Los soldados son los encargados de mostrar las ofertas a cualquier persona que camine con curiosidad o con angustia en busca drogas. Marihuana, cocaína, LSD y pasta base son las más comunes.

Ana Ramos es la madre de Patricio Herrera, un joven de 22 años que estudia ingeniería informática en la Universidad Tecnológica Metropolitana. El “Pato”, como le dicen los más cercanos, fue drogadicto por nueve años. Para Ana no fue fácil criar a sus cuatro hijos en un ambiente rodeado de delincuencia, violencia intrafamiliar y drogadicción. Como jefa de hogar, tenía que hacerse cargo de la mayoría de los gastos de la casa y, por esa razón, sus hijos estaban solos todo el día, a pesar de que en la casa vivían tres familias más. Patricio era el menor de los cuatro, el más vulnerable. Mientras sus hermanos salían, él jugaba fútbol por las tardes, pero muchas veces se quedaba solo.

 Hace cinco meses, Patricio instaló una empresa de animación de cumpleaños, con la que financia parte de sus estudios. Estudia en la mañana y ocasionalmente trabaja en las tardes. Pero todos los fines de semana se disfraza de payaso, pirata, o de algún dibujo animado que reconozcan los niños. Entre sábado y domingo es capaz de tener cinco eventos. Con esos ingresos además ayuda a pagar algunas cuentas de la casa que comparte con su madre en la calle León Blanco, la misma que años atrás era el centro de reunión de sus amigos, en donde junto a un par de cervezas, marihuana y un par de papelillos olvidaban la realidad y se dedicaban a disfrutar sus efectos alucinógenos.

En 1994, Patricio tenía seis años, y como era costumbre, estaba jugando a la pelota con sus amigos. El Pato era el más chico de todos y gozaba de la protección de los más grandes frente a cualquier problema. No sabía bien qué eran las drogas, sólo veía que era algo frecuente en su círculo, algo que de seguro no debía de ser tan malo pues todos consumían. Ese día llegó el “Flaco”, uno de los narcotraficantes de la población Colón Oriente. Tenía 14 años y había sido detenido en varias oportunidades por tráfico de drogas, pero por ser menor de edad nunca estuvo preso. El Flaco se acercó a Patricio, y le ofreció un tubo de color blanco. Le dijo que si fumaba se iba a sentir muy bien, como nunca antes en su vida, que tenía un efecto relajante, pero que al mismo tiempo te hacía mejor para la pelota. En ese momento, el Pato cayó en el mundo de las drogas. Primero fueron entre dos y cuatro pitos por semana. Al mes siguiente ya era uno diario. A los tres meses, la adicción se comenzó a notar. Patricio no dudaba en asaltar a las personas en los paraderos para financiar su vicio. De la marihuana pasó a la pasta base, y con sólo siete años.

Su familia no se dio cuenta hasta que un día llamaron a su madre para decirle que su hijo estaba en la posta por sobredosis de drogas. “Para mí fue muy fuerte darme cuenta del problema del Pato. Como yo trabajaba no podía compartir con él. Sus hermanos eran mucho mayores y lo dejaban solo gran parte del día. Cuando noté cambios en Patricio traté de ayudarlo pero era imposible. Si dejaba de trabajar ¿De dónde hubiéramos sacado plata para la casa?, dice Ana Ramos con nostalgia, recordando la situación que vivió su hijo menor en su niñez.

El Pato se sentía dueño del mundo, y vivía su día a día sin pensar las consecuencias de sus actos. A pesar de ser adicto a la marihuana y a la pasta base desde muy pequeño, Patricio Herrera nunca dejó de ir al colegio. Su profesor de computación, Cristián Saavedra recuerda que era un niño retraído, que no compartía mucho con sus demás compañeros. A pesar de que no se destacaba por sus notas, se sentía muy atraído por la computación. Según Saavedra, el Pato iba casi todos los días en los recreos a que le enseñaran algo nuevo. “En ese tiempo el Windows 95 era el último sistema operativo, lo que cambió los cánones de la computación  y es la base en los actuales computadores. Patricio aprendió a usar el Word y el PowerPoint antes que sus compañeros. Dibujaba en Paint y creaba nuevos fondos de pantalla”.

La rehabilitación

Para este joven fue difícil salir del mundo del que hace muchos años era parte. Pero a los 15 años su primera polola, Johanna, lo hizo abrir los ojos. “Nunca me sentí verdaderamente importante, ahora que soy más grande me doy cuenta de que era muy influenciable, hacía todo por sentirme parte de algo”. El apoyo de su polola sirvió para dar el paso hacia el cambio.

La sicóloga del CONACE, Carolina Acuña, asegura que -en términos generales- los drogadictos son personas vulnerables, con el autoestima baja, antisociales e intolerantes a la frustración. Además, las condiciones de riesgo del ambiente influyen en un 80%, sobre todo si la persona se desarrolla en un clima de pobreza, delincuencia, violencia o en donde las drogas son un panorama frecuente.

Patricio, motivado por su polola, se internó en el Complejo San José de Maipo, en donde se atendió gratuitamente durante un año y dos meses. No fue fácil el proceso.  Al principio sentía una desesperación por consumir pasta base que no lo dejaba dormir, y si lo hacía, soñaba con drogas. También tenía alucinaciones, sentía fuerte palpitaciones en el corazón y muchas veces pensó en dejar el tratamiento para volver con sus amigos, los mismos que lo iniciaron en el mundo de las drogas.

Pero no lo hizo, siguió adelante con el tratamiento, a pesar de que su relación con Johanna había terminado. Su única motivación eran las ganas de salir de las drogas y la pasión que sentía por la computación. En el centro de rehabilitación los sicólogos y terapeutas lo ayudaron a tener autoestima, a valorarse como persona, a darse cuenta que la droga no lo conducía a ninguna parte y ahí también lo orientaron a seguir una carrera universitaria, aunque todavía le faltaban tres años por terminar el colegio, ya sabía que quería estudiar algo relacionado con computación.

Luego del largo proceso de rehabilitación el Pato no quería volver a la población por miedo a recaer y a que sus amigos lo influenciaran. Según la sicóloga Carolina Acuña “Una persona que vuelve al mismo círculo en el que se hizo adicta tiene más posibilidades de volver a recaer, sobre todo si se desarrolla en un ambiente de vulnerabilidad social, económica y afectiva, o si hay pobreza, delincuencia, hacinamiento y poco  desarrollo profesional”.

 Tenía todas las condiciones para volver a ser drogadicto, su situación económica no le permitía cambiarse de casa. Sin embargo terminó la enseñanza media en el Politécnico Los Dominicos e ingresó a la universidad a estudiar lo que desde niño fue su pasión: la computación. Actualmente, Patricio Herrera lleva siete años sin consumir drogas. Según Acuña, el proceso de rehabilitación nunca termina, pero mientras mayor es el tiempo que lleva una persona sin recaer, menor son las posibilidades de que vuelva a la adicción.





Cristina Noguera la voz de Colón Oriente

23 11 2010

En la población Colón Oriente todos conocen a Cristina Noguera, no sólo porque hace más de 20 años es la presidenta de la junta de vecinos del sector, sino porque en 1966 llegó a vivir junto a sus siete hermanos al proyecto de viviendas sociales del entonces presidente Eduardo Frei. Desde esos años se ha destacado por participar activamente en todas las actividades de la población. Ha dedicado su esfuerzo y  trabajo para el bienestar de sus vecinos, sin recibir por ello nada a cambio.

¿Cómo nace la motivación por el servicio?

Siempre me ha interesado ayudar a las personas, sobre todo si me dan la oportunidad y mejor aún si es a mis vecinos. Cuando tenía siete años y llegué a vivir a la población, con mi hermano mayor enceramos todos los pisos de las casas, así me empecé a hacer conocida. Cuando fui creciendo me di cuenta que todos teníamos problemas parecidos y quise hacer algo para ayudar.

¿Quién es Cristina Noguera para sus vecinos?

Creo que soy más que su vecina, ellos siempre recurren a mí frente a algún problema. Saben que me la juego por la población y agoto los recursos para sacar los proyectos adelante. Siento que me quieren y respetan, me lo han demostrado porque cada dos años hay elecciones para el cambio de directiva y llevo más de 20 años presidiendo.

¿Qué beneficios le ha traído su constante participación dentro de la población?

Muchas, la verdad es que a pesar de que no me pagan por trabajar en esto, he tenido muchas gratificaciones. Primero que todo es una satisfacción personal, además cuando he necesitado ayuda para hacer las cosas las personas se ofrecen espontáneamente. También el hecho de ser conocida me ha dado seguridad, todos conocen a mi familia y cuando mis hijos han tenido algún problema, como cuando han tratado de asaltarlos, siempre ha aparecido alguien que los ha defendido.

¿Ha tenido alguna mala experiencia?

Sí, sobre todo con los drogadictos, ellos creen que está bien drogarse en las calles. Al frente de mi casa hay una plaza y ahí se juntaban a fumar pasta base. Un día hablé con ellos y les dije que estaba mal lo que hacían y que los quería ayudar, pero ellos se enojaron y esa noche le tiraron piedras a mi casa, rompieron todos los vidrios. No todo ha sido color de rosas en este trabajo.

¿Cuál es su aspiración para la población?

Quiero que mis vecinos se sientan bien en el lugar en el que viven, quiero ayudarlos en sus problemas, tratar de reducir al máximo la delincuencia, la droga y quiero que los niños sean profesionales. Ojalá me sigan eligiendo para poder trabajar como lo he hecho todo este tiempo.





Junta de vecinos de Colón Oriente lucha contra la drogas

23 11 2010

A sus 58 años Cristina Noguera es parte de la identidad de la población Colón Oriente, ha vivido prácticamente toda su vida en el sector y en los últimos 20 años ha sido la encargada de sacar adelante a sus vecinos. Como presidenta de la junta de vecinos Cristina ha dedicado todos sus esfuerzos para ayudar, principalmente, a los jóvenes y niños que están insertos en el mundo de la droga.

¿Cuál es el mayor problema que tiene la población?

Aquí hay hartos problemas. En la población hay muchos allegados que construyen mediaguas en la parte posterior de las casas, hay bastante desempleo, pero el principal problema son las drogas y el tráfico. Todos sabemos quiénes son los vendedores, son familias enteras dedicadas a eso. Imagina que en la población viven 4200 personas, de las cuales aproximadamente 500 son consumidores y 50 vendedores.

¿Qué es lo que hace la junta de vecinos con respecto a este tema?

En realidad no es mucho lo que podemos hacer, no somos los indicados. Ellos necesitan rehabilitación pero CONACE no hace nada y carabineros sabe perfectamente el problema, pero al parecer no les interesa actuar. Nosotros tratamos de hacer distintos talleres de recreación en el Centro Comunitario Diaguitas, creamos proyectos, hasta empresas para ayudarlos. No los podemos obligar, pero las cosas están ahí para que dispongan de ellas.

Concretamente ¿Qué proyectos han hecho?

Sólo por nombrar algunos hemos pavimentado las calles, hecho multicanchas, plazas, hemos mejorado la iluminaria, hicimos una biblioteca comunitaria, una piscina, junto con el SERVIU hemos arreglado casi todas las casas, les hemos puestos rejas, tenemos mini consultorios. Para los drogadictos creamos una empresa de aseo y capacitamos a 100 jóvenes en Inacap.

¿Con qué recursos han llevado a cabo estos proyectos?

Nosotros trabajamos con la municipalidad, le presentamos proyectos y ellos los llevan a la práctica. Como somos la única población de la comuna siempre nos han apoyado. Además en la junta de vecinos somos siete dirigentes y 36 delegados, uno por cuadra, así que cuando tenemos algún problema es fácil actuar rápido.

Por último ¿Cuál es su objetivo como junta de vecinos con respecto a la droga?

Hay niños chicos metidos en este mundo, se da mucho que el tráfico de drogas es una herencia familiar, estos niños casi no tienen posibilidades de tener otro futuro. Pero por eso, de acuerdo a nuestros medios, queremos luchar para que sean personas honradas y trabajadoras.

 





Acusan de negligencia a bomberos por incendio en Colón Oriente

23 11 2010

A las 13:05 horas del día lunes se produjo un incendio en la calle León Blanco esquina Diaguitas en la comuna de Las Condes. En la ocasión fallecieron María Angélica (47) y Luis Eduardo Sánchez (52), ambos hermanos que tenían deficiencia mental. Según el Servicio Médico Legal la causa de muerta fue asfixia por inhalación de monóxido de carbono. La constancia de la 47 Comisaría de Los Dominicos señala que La Brigada de Investigaciones de Incendios acusa que el accidente se produjo a raíz de que depósitos de pegamentos se inflamaron por una chispa proveniente de una máquina de pulir zapatos. Esta herramienta pertenece al taller de reparación de calzados de Lorena Sánchez, hermana de las víctimas.

Alrededor de las 13:15 horas la secretaria Mari Escobar del Centro Comunitario Diaguitas llamó a bomberos. Paulo Trejo, uno de los afectados, reclama que la acción de bomberos fue lenta, asegura que a pesar de que el cuartel se encuentra a seis cuadras del lugar se demoraron alrededor de 45 minutos en llegar. Siete compañías de bomberos de Santiago a cargo del Comandante Cristóbal Goñi se presentaron para extinguir las llamas. Natalie Trejo, otra de las personas damnificadas, asegura que los carros bombas venían sin agua, por lo que se hizo más lenta la labor. El Comandante Goñi por su parte no quiere dar declaraciones, dice que todos los antecedentes del caso los investiga la Fiscalía Oriente, la que no puede referirse al tema hasta que la investigación cierre.

Mientras tanto el Departamento de Desarrollo de la municipalidad de Las Condes en conjunto con el Centro Comunitario Diaguitas y la junta de vecinos se organizaron para prestar ayuda a las más de 30 personas que se quedaron sin casas. Lorena Sánchez, dueña del taller en el que se originó el incendio, no descarta presentar acciones legales porque asegura que el actuar negligente de bomberos fue lo mató a sus hermanos.

 





Dificultades para atacar la droga en Colón Oriente

27 09 2010

Paul Harris, Padre Hurtado, Colón y Río Guadiana, son las calles que delimitan la población Colón Oriente, el punto negro de Las Condes.  En ella viven 6240 personas, de las cuales el 1% es delincuente, el 10% se dedica al micro tráfico y un número aún no cuantificable, pero significativo es adicto a las drogas. No es extraño encontrar en sus calles “soldados” que a diario esperan la llegada de algún adicto que vaya en busca de drogas, la oferta: cocaína, marihuana y pasta base, son las más pedidas, según el encargado de CONACE en la comuna, Raimundo Silva.

El asesor del encargado de seguridad de Las Condes, Juan Carlos Rivero, asegura que desde que se empezaron a ejecutar distintos planes de seguridad en la comuna, en el periodo en que Joaquín Lavín era alcalde (1992), la cantidad de delincuentes y traficantes de Colón Oriente ha disminuido considerablemente. De hecho asegura la total desarticulación de bandas que ahí operaban. Pero la sensación entre algunos vecinos del sector no es la misma, viven con la constante inseguridad de ser asaltados en la calle o robados por delincuentes domiciliarios, que entran a sus casas y roban algunos objetos de valor para poder financiar su adicción a las drogas.

Raimundo Silva tiene su oficina en el Centro Comunitario Diaguita, ubicado en la población. Cree que no existen los recursos, ni la implementación necesaria para acabar con el problema de drogas. La municipalidad solo le entrega una oficina para poder trabajar. Por otro lado CONACE le paga el sueldo y le da folletos para repartir en los colegios, porque cree que la comuna tiene suficientes recursos. Con estas herramientas el encargado de CONACE  ha tratado de atacar el problema que se encuentra más presente en los jóvenes, muchas veces con la ayuda de la Iglesia Evangélica, que aporta dinero para la realización de algunos proyectos, que por razones justamente financieras no perduran en el tiempo.

La municipalidad no tiene planes de ayuda ni ataque al problema que afecta a la comuna, considerando que la población Colón Oriente es el punto de distribución de drogas. Juan Carlos Rivero de seguridad, dice que no existen grandes problemas dentro de la población y que su trabajo es informar a Carabineros lo relacionado con el micro tráfico. Pero Carabineros por su parte permite, de cierta forma, el micro tráfico para poder llegar así al distribuidor mayor de droga.

En la población, la droga es uno de los factores que impulsa a los delincuentes a robar. También es originador de embarazos no deseados, ya que las mujeres ofrecen su cuerpo para poder alimentar su adicción sin medir las consecuencias. Además es originadora de peleas, el 10% de los vecinos en el sector tiene peleas por esta causa. A pesar de esto, existen centros de esparcimiento, como el Centro Comunitario Diaguita, que se preocupa de generar talleres, reforzamiento para niños y guardería para mamás solteras. Aunque a muchos como a Raimundo Silva les gustaría que se atacara el problema de fondo.





Joven queda herido por riña en Colón Oriente

1 09 2010
Israel Fuentes de 22 años quedó herido en la madrugada de ayer luego de recibir una puñalada en el vientre. Según cuenta Jorge Muñoz, vecino del sector, alrededor de las cuatrode la mañana, Fuentes se encontró con integrantes de una banda rival en la esquina de la calle Paul Harris con La Escuela, en donde comenzaron una discusión.

La pelea se produjo porque le joven insultó a uno de los miembros del otro grupo y éste le respondió a golpes. La riña continuó hasta que otro integrante sacó un cuchillo y le prvocó un corte al joven.

Según afirman vecinos del sector de Colón Oriente, la pelea se produjo entre miembros de bandas opuestas, que se disputan la soberanía del sector, dedicadas al tráfico de drogas en la comuna.

Las peleas son frecuentes en este sector.